domingo, 19 de febrero de 2012

Tiempo que vuela

Aún me hace gracia recordarlo, el tocadiscos abandonado, aquel cuadro de Monet aparcado a un pequeño lado de la habitación, los cojines por el suelo y el espejo en el que todo se refleja, nos observaba inquieto.
Posiblemente jamás se haya parado a pensar qué ha sido de ti o de mí, de nosotros.
-Te toca-me dices arrodillado en el suelo frente a mí.
-No sé, déjame que me lo piense-me coloco la mano justo debajo de la barbilla en gesto pensativo, aunque en realidad no puedo apartar la mirada de tus ojos oscuros y tu sonrisa de niño duro, justo lo contrario de lo que eres. Nadie lo diría.
-Esto empieza a ser aburrido...-lo dices con miedo, quizá pase lo de siempre, no sabes como voy a reaccionar.
Comienzo a reírme a carcajadas.
-¿Cómo te puede parecer aburrido un juego de ajedrez?-te pregunto fingiendo asombro.
-Pues sí, me lo parece-dices a la vez que te tumbas sobre los cojines tirados por el suelo.
-Bueno, en ese caso... Me marcho para que descanses-digo a la vez que me pongo en pie y comienzo a atarme los cordones de las converse.
Me mira de golpe.
-Eh-se incorpora-yo no he dicho que quiera que ta vayas-me dice
-Ya, pero es muy tarde y...-no me deja terminar la frase, me coge de las manos y me obliga a soltar los cordones.
Me giro y lo miro.
-Sólo un rato más, venga. ¿Qué te cuesta?-me pide a la vez que me regala una sonrisa fugaz.
-Vale, pero no mucho-sabiendo que con él las horas acaban por convertirse en segundos que se esfuman rápidamente, sin que pueda darme cuenta.

Dann

No hay comentarios:

Publicar un comentario