miércoles, 28 de marzo de 2012

Y me rindo...

Cierro los ojos en un intento fallido de evadir la realidad, acto egoísta por mi parte. La fuerza que ejerzo sobre las piernas es cada vez menos intensa, dejo caer los brazos y con ellos mis hombros se relajan, ya no me quedan fuerzas ni para mantenerme erguida, un dolor intenso en mi nuca me deja prácticamente perdida y un pitido constante hace que no oiga nada de lo que estás diciendo
Perdí la orientación en el momento en el que noté que algo dentro de mí iba desapareciendo, iba muriendo, lentamente, dejándome sola, completamente sola.
Creía que no era real, pero era otra simple ilusión, que yo misma diseñaba.
Siento todo el peso del cuerpo en la cabeza, ya ni siquiera tengo fuerza para evitar ladearla.
Poco a poco me desplomo, me dejo caer, me da igual el daño que me pueda hacer. No sería comparable al que me hiciste cuando cortaste mis alas.
Dejo de percibir el mundo, pero no me importa, ya me he rendido, ni yo me lo creo.
¿Cobardía? Tal vez.
Pero no te despistes, no te relajes, mantén la guardia montada, porque en cuanto despierte de este trago de dolor, volveré a luchar.
A luchar por mí, y  esta vez, no caeré tan rápido.
                                                                            Dann

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